Dr. Roberto Betancourt A.

La conquista española de Sudamérica provocó la muerte de una parte significativa de la población indígena debido a una combinación de tecnologías disponibles que les permitió la exploración y explotación de las tierras apropiadas.

La misión y la metodología que de ella se derivó se concluye rápidamente al analizar la constancia escrita de algunos conquistadores detallando “sus expediciones y de las gentes con las que se toparon, centrándose en la explotación de la tierra y sus recursos, más que en un recuento detallado del coste humano”. En las cartas de Hernán Cortés, continúa el registro, se “proporciona información sobre las batallas y conflictos que tuvieron lugar durante la conquista; sin ofrecer un recuento exhaustivo del número de indígenas que fueron asesinados o esclavizados”. Según los relatos históricos y las estimaciones de los eruditos modernos, se estima que la población indígena fue drásticamente reducida por los colonizadores españoles en un 90 %.

Los conquistadores trajeron enfermedades como la viruela, el sarampión y la gripe, que provocaron altas tasas de mortalidad y debilitaron aún más a los nativos, a lo que se añade que los recién llegados tampoco estudiaron los efectos de estas enfermedades, ni intentaron curarlas o proporcionar alguna ayuda médica para aliviar el sufrimiento causado por estas afecciones.

El recién creado modelo de negocios demandó de una barata, constante, fuerte y permanente mano de obra que se complementó, entre 1500 y 1650, con 12 millones de esclavos.

La resistencia indígena fue respondida con lo último en tecnología bélica, las armas de fuego, incluyendo pistolas de cerillas y arcabuces, con una distancia efectiva de 200 m. También, disponían de la recientemente modificada ballesta, capaz de disparar una saeta hasta 300 m y con mejorado sistema de recarga. Ambas armas despedazaban cualquier defensa de los dueños del territorio. Si esto parecía poco, se introdujo la caballería junto a las espadas de acero toledano, afiladas en la punta y a ambos lados de la hoja. A esta mortífera ecuación se sumaron cañones, alabardas, picas, lanzas, dagas, perros de ataque y paremos de contar.

Las batallas entre los dos claros bandos fueron numerosas y el desenlace conocido; pero, los avances tecnológicos diezmaron a las poblaciones indígenas, bastando recordar las luchas en Tenochtitlan (1521), Cuzco (1536) o Macarapana (1567), México, Perú y Venezuela, respectivamente, donde el saldo de muertes se cuenta en el orden de miles, sin que fuere importante para alguno de los presentes detenerse en reconocer la exactitud del mortífero saldo.

Como antes, hoy, la tecnología facilita la conquista, no solo de territorios.

* El autor es Presidente del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación

@betancourt_phd
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/tecnologia-que-conquista/