Dr. Roberto Betancourt A.

La cuarentena y otras medidas de alejamiento para evitar el contagio de COVID-19 durante la declarada pandemia provocaron una reducción significativa de las actividades humanas, lo que a su vez causó un descenso de las emisiones de CO2. Según algunos estudios, las emisiones totales de CO2 procedentes de las actividades humanas se estimaron en aproximadamente 39,32 millardos de toneladas de CO2 (GtCO2) en 2020; en 2019 habría acumulado 41,64 GtCO2. Así mismo, se registró que las emisiones procedentes de fuentes industriales disminuyeron hasta 1/3 durante la cuarentena entre marzo y junio de 2020. A pesar de estas reducciones, el nivel de CO2 en la atmósfera siguió aumentando en unas 2,5 partes por millón en 2020.

La disminución de las emisiones de CO2 fue más pronunciada en China, Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea y, a pesar de estas reducciones, las emisiones volvieron a situarse cerca de los niveles anteriores a la pandemia; a finales de 2021 llegaron a los 41,02 GtCO2, debido al repunte de la actividad industrial para sostener una productividad económica limitada.

En ese período de encierro (y de reducción de CO2) el tráfico aéreo disminuyó en 96 % sus actividades, el marítimo igual y de manera sensible, al tiempo que aumentó el precio de fletamento de $1.300 por contenedor a $3.500 en diciembre, un incremento del 270 %, y más palpable para el lector, el tráfico terrestre. En este sentido, se apreció una correlación entre las emisiones de CO2 y las temperaturas globales durante el mandatorio encierro de COVID, descubriéndose que tuvo un ligero efecto de calentamiento en la primavera austral de 2020. Esto se debió a que, al parar las industrias, aminoró la contaminación atmosférica, lo que redujo la capacidad de los aerosoles (partículas diminutas producidas por la quema de combustibles fósiles) de enfriar el planeta al reflejar la luz solar lejos de la Tierra.

De cara a 2030, los modelos climáticos más sencillos han calculado que las temperaturas globales serán 0,01 ºC más bajas como resultado de la pandemia que si los países siguieran los compromisos de emisiones que ya tenían en vigor en el momento álgido de la emergencia sanitaria. Estos resultados fueron posteriormente respaldados por simulaciones con modelos más complejos.

La ciencia y los desarrollos tecnológicos dedicados a conocer y reconocer el impacto de la actividad industrial y humana posee una inusitada fuente de datos en el encierro que trajo consigo la pandemia. Es indispensable abordar con la rigurosidad que la ciencia demanda los mejores cursos de acción pues lo que está en peligro no es el planeta es la raza humana, nuestra propia existencia.

* El autor es Presidente del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación

@betancourt_phd
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/cuarentena-y-co2/