Hay que poner las pilas

Dr. Roberto Betancourt A.

A menudo se considera que las baterías son una mejor alternativa a los combustibles fósiles; sin embargo, los estudios demuestran que su producción y eliminación pueden contribuir a contaminar más que las fuentes tradicionales de combustible. Algunas investigaciones sugieren que la producción de las baterías de iones de litio utilizadas en los vehículos eléctricos provoca más desplazamientos y emisiones de dióxido de carbono (CO2) que la producción de los carros de gasolina normales. El proceso de extracción del litio implica la emisión de CO2, y la producción de la batería promedio de iones de litio utiliza tres veces más energía eléctrica que una batería genérica. Además, el proceso de extracción de litio, cobalto y níquel, que se utilizan en las baterías, puede causar daños medioambientales. Por ejemplo, la minería puede crear ácido sulfúrico y otras sustancias nocivas que pueden afectar al ecosistema. Por lo tanto, la producción de baterías puede tener un significativo impacto en el ambiente.

Por otro lado, una vez producidas las baterías, los vehículos eléctricos emiten tasas mucho más bajas de emisiones que los carros a gasolina. Estudios señalan que las medias de emisiones de combustibles fósiles de los carros a gasolina son más del doble de la media de las emisiones de los vehículos eléctricos. Esto pareciera crear la idea errónea de que los autos eléctricos son 100 % mejores para el clima que los de gasolina.

Entonces, aunque la producción de baterías puede tener un impacto negativo en el ambiente, los carros eléctricos siguen siendo una alternativa viable a los vehículos impulsados por combustibles fósiles en términos de reducción de emisiones in situ. Esto ya lo habíamos demostrado en una reflexión anterior.

Es importante señalar que la comparación entre baterías y combustibles fósiles no es sencilla. Por ejemplo, los carros que utilizan combustibles fósiles desperdician cientos de veces más materia prima que sus equivalentes a batería. Sólo se pierden unos 30 kg de materia prima a lo largo del ciclo de vida de una batería de iones de litio utilizada en autos eléctricos (una vez que se tiene en cuenta el reciclaje) frente a 17 toneladas de petróleo. El ensayo que aborda estos hallazgos no incluía las emisiones potenciales si se quemaran combustibles fósiles para crear la energía necesaria para recargar las baterías de los coches; lo cual es muy importante. En cualquier caso, aunque la producción y la eliminación de las baterías pueden tener un impacto negativo en el ambiente, el efecto global de las baterías puede ser menor que el de los combustibles fósiles.

Pero ¿qué ocurre con los camiones de carga? ¿Pueden ser impulsados por baterías? Por ejemplo, para un camión de carga de un contenedor de 40 pies, se estima que necesitaría unos 120 kWh para un recorrido de 240 km, lo que demandaría baterías con un peso estimado de tres toneladas. De acuerdo a las estadísticas de algunos países de América Latina, los camiones (como el descrito anteriormente) mueven el 80 % de la carga a lo largo y ancho de sus respectivos países.

La discusión, sobre la densidad energética de los combustibles fósiles es especialmente importante en el sector del transporte, y ciertas cualidades de los combustibles fósiles son difíciles de reproducir o reemplazar. Un vehículo necesita transportar su combustible mientras se desplaza, por lo que el peso y el volumen de ese combustible son claves. La gasolina o el diesel oil contienen unas 40 veces más energía que una batería de última generación. Por otro lado, los motores eléctricos son mucho más eficientes que los motores de combustión interna y los vehículos eléctricos son más sencillos mecánicamente, con muchas menos piezas móviles. Estas ventajas compensan en parte el sobrepeso de la batería, pero un vehículo eléctrico seguirá siendo más pesado que uno similar que funcione con combustibles fósiles. Por eso, los vehículos eléctricos pueden no ser adecuados para todos los usos, como la aviación, el transporte marítimo o los camiones de larga distancia, en los que el vehículo debe transportar cargas pesadas durante largas distancias sin recargar.

De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) el transporte de carga en camiones, vía marítima y vía aérea (todos impulsados con motores de combustible fósil) producen, aproximadamente, el 45 % de las emisiones de efecto invernadero, por lo que el debate sobre alternativas de energía viables con menor impacto en el ambiente, autónomas y eficientes sigue siendo indispensable.

Las actividades de Investigación y Desarrollo continúan con este valioso debate sobre fuentes alternativas de energía. El escritor y científico Arthur C. Clarke señaló que “Lo que hoy ha empezado como novela de ciencia ficción, mañana será terminado como reportaje”, el camino que conduce el primero al segundo es la Ciencia, que demanda tiempo, preparación e inversión, por ello hay que poner las pilas.

* El autor es Presidente del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación

@betancourt_phd
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/hay-que-poner-las-pilas/