El reto de la igualdad en la ciencia frente al espejo de los Nobel
Dr. Roberto Betancourt A.

El encuentro más reciente entre el Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Oncti) y el Observatorio Venezolano de la Mujer y la Igualdad de Género reveló un panorama alentador sobre el rol protagónico de las mujeres en la investigación nacional. Los datos del versátil Observatorio en Línea del Oncti confirman que el 53 % de las personas que conforman el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación son mujeres y que el 52 % de la producción científica registrada en Venezuela lleva su firma. Estas cifras evidencian que el país ha consolidado un proceso de inclusión que se materializa en hechos, con una comunidad científica que avanza hacia la paridad real en la generación de conocimientos.

Estos datos contrastan con el reciente anuncio de los premios Nobel de 2025, que dibuja un panorama muy distinto: entre los galardonados en medicina, física, química y literatura solo hay una mujer. A pesar de que las contribuciones medias de las mujeres aumentan de manera sostenida en todo el mundo -según la ultraconservadora Unesco, han pasado del 29,4 % en 2012 al 31,1 % en 2022-, su representación en los premios más mediáticos sigue siendo falaz. Según la propia Fundación Nobel, desde 1901 hasta 2024 solo 65 mujeres habían recibido este galardón frente a más de 900 hombres (7 % del total), lo que contrasta con los hallazgos que los países del Sur Global exhiben en materia de igualdad.

Este ortodoxo sistema reproduce estructuras históricas que privilegian al Norte Global proporcionando un espacio de validación desigual en el que la excelencia se asocia con centros hegemónicos, invisibilizando las contribuciones de laboratorios liderados por mujeres. Los propios estudios del Oncti han destacado que la producción científica de las mujeres en áreas como la biotecnología agrícola o las geociencias ha transformado economías y sostiene la vida de millones, aunque estas contribuciones apenas reciben el reconocimiento de los premios más visibles.

Mientras que en Venezuela las mujeres alcanzan tasas de participación y productividad análogas a las de los hombres, el Nobel sigue anclado en una tradición patriarcal que limita la visibilidad y auténtico rol de la mujer. Esta brecha muestra que el problema no está en la capacidad de las científicas para presentar innovadores hallazgos, sino en los mecanismos de consagración que priorizan centros, laboratorios y redes de influencia que concentran poder y capital en pocos países y un mismo sexo.

En este sentido, la creación de observatorios nacionales y regionales bien institucionalizados, como el Oncti, permite obtener datos verificables capaces de mostrar inequívocamente un equilibrio real. Estos registros contrastan claramente con la imagen transmitida por los galardones internacionales, que perpetúan las inequidades históricas y alimentan la narrativa de una élite que monopoliza el relato de la innovación.

El desafío es inequívoco: develar la verdadera producción científica, liberarla del cerco elitista y abrir paso a un reconocimiento justo, equitativo y transformador. Como afirmó el científico y humanista Humberto Fernández-Morán: «La ciencia, cuando se ejerce con ética, ilumina senderos de justicia y multiplica la esperanza en la humanidad».

* El autor es Presidente del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación

@betancourt_phd
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/opinion/el-reto-de-la-igualdad-en-la-ciencia-frente-al-espejo-de-los-nobel/