¿Dónde pasaremos el resto de nuestras vidas?
Dr. Roberto Betancourt A.

En el Sur Global, la articulación efectiva de disciplinas científicas y tecnológicas avanzadas constituye una condición indispensable para la concepción de un porvenir soberano, justo y sostenible. Esta premisa no se fundamenta en una ilusión o quimera, sino que se trata de una necesidad imperante. Las naciones que conformamos esta vasta y diversa región se enfrentan a desafíos estructurales relacionados con la desigualdad en el acceso al conocimiento, la dependencia tecnológica, la vulnerabilidad ambiental y la escasa integración de sus sistemas de innovación.

Frente a este panorama, disciplinas como la electromedicina, los biomateriales, la robótica, la inteligencia artificial, la ciberseguridad, la física nuclear, la biotecnología, la ciencia de datos, la ciencia molecular, la oceanología, la nanotecnología y la biología y química computacional representan el núcleo de la frontera científico-tecnológica global y crean oportunidades estratégicas para catalizar el desarrollo integral de nuestros países.

La robótica y la automatización, a menudo consideradas una amenaza para el empleo, deben interpretarse desde la perspectiva de las capacidades nacionales. Tal y como se ha planteado en otras reflexiones, la innovación dirigida desde lo público puede y debe corregir las fallas del mercado, orientando el desarrollo tecnológico hacia la generación de valor social. En los países donde la tasa de informalidad laboral es elevada, la incorporación de tecnologías de automatización en sectores como la agricultura, la manufactura y la gestión urbana debe ir acompañada de procesos de formación técnica y reconversión productiva que empoderen a los trabajadores y mejoren la calidad del empleo.

En paralelo, la inteligencia artificial y la ciberseguridad representan dos caras de la misma moneda: el poder de los datos. La Unesco ha advertido que el desequilibrio en el acceso a datos masivos y algoritmos consolida nuevas formas de dependencia. Por tanto, construir soberanía algorítmica es una tarea urgente, para lo que es necesario crear las capacidades locales en ciencia de datos, infraestructura computacional, gobernanza digital y normativas éticas que aseguren la protección de los derechos ciudadanos. El avance en física nuclear, por ejemplo, está vinculado tanto con la generación de energía limpia como con la medicina, y debe abordarse desde una perspectiva de paz, cooperación internacional y usos exclusivamente civiles, como lo consagra el Tratado de Tlatelolco, del que América Latina ha sido pionera.

Coordinar estas disciplinas exige una visión holística del conocimiento. Se trata de integrarlas en marcos institucionales que promuevan la cooperación interdisciplinaria, el financiamiento estratégico, la formación de talento humano y la apropiación social del conocimiento, sin considerarlas como compartimientos estancos. Esta integración debe guiarse por principios de justicia cognitiva, equidad territorial y ética para la vida, evitando reproducir los modelos de innovación de otros países y asistiendo con premura la máxima del poeta: «Interésate más por el futuro, porque es el lugar donde vas a pasar el resto de tu vida».

* El autor es Presidente del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación

@betancourt_phd
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/opinion/donde-pasaremos-el-resto-de-nuestras-vidas/