Dr. Roberto Betancourt A.

En la novela clásica de Alejandro Dumas «Los tres mosqueteros», la frase «uno para todos y todos para uno» resume el vínculo de lealtad y trabajo en equipo entre los héroes de la historia. Aunque a menudo se asocia con la amistad y la camaradería, el adagio resuena más allá de la literatura, sobre todo en los ámbitos científico y social, donde los esfuerzos colectivos son esenciales para abordar los complejos retos de nuestra era.

Desde la crisis climática hasta las pandemias, la sociedad moderna se enfrenta a problemas harto vastos para que una sola nación u organización pueda resolverlos por sí sola. En respuesta, la comunidad científica ha adoptado cada vez más el principio de «uno para todos y todos para uno», que fomenta las colaboraciones internacionales, la investigación interdisciplinar y las soluciones innovadoras que exigen esfuerzos conjuntos.

Para ilustrarlo, consideremos el fenómeno de la crisis climática, que sugiere que las repercusiones atmosféricas, ecológicas y sociales del llamado calentamiento global no se limitan a las fronteras de un solo país. La emisión de gases de efecto invernadero en una región repercute en todo el planeta, y la amenaza del crecimiento del nivel del mar supone un riesgo para las ciudades costeras del mundo. Por tanto, es evidente que los esfuerzos aislados para mitigarlo son insuficientes. En este contexto, la frase representa el reconocimiento científico de que las acciones individuales, independientemente de su escala, contribuyen a un mayor impacto colectivo, mientras que el impacto colectivo, a su vez, protege al individuo.

La propia naturaleza de la investigación científica ha experimentado una transformación significativa, con un enfoque cada vez más colaborativo. El avance de campos como la exploración espacial, la sismología, la computación cuántica y la genómica depende de la utilización conjunta de recursos, conocimientos y datos compartidos por equipos multinacionales. La finalización del Proyecto Genoma Humano, en 2003, es un ejemplo notable, que permitió cartografiar todo el programa y tiene un impacto transformador en campos como la medicina, la biología y la antropología. El éxito fue un testimonio de la filosofía «todos para uno», por la apuesta colectiva de conocimientos, tecnología y trabajo que permitió a la humanidad avanzar de formas que antes se consideraban imposibles.

En un mundo cada vez más interconectado e interdependiente, la sabiduría perdurable de las palabras de Dumas es de especial relevancia. El éxito de las empresas científicas más ambiciosas de la humanidad depende de la capacidad de colaborar, con el reconocimiento de que sólo a través de la acción colectiva puede garantizarse el bienestar de cada individuo. En el contexto de los problemas mundiales que trascienden las fronteras geográficas, culturales y disciplinarias, el concepto de «uno para todos y todos para uno» conserva su pertinencia y, de hecho, su importancia vital.

* El autor es Presidente del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación

@betancourt_phd
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/uno-para-todos-y-todos-para-uno/