Observando encontramos el camino

Dr. Roberto Betancourt A.

Que veas no significa que observes. La diferencia entre ver y observar es fundamental para muchos aspectos de la vida. La observación es más que simplemente ver algo, es un proceso mental que involucra tanto la visión como el pensamiento.

En Un escándalo en Bohemia, Conan Doyle realiza una genial exposición a través de Sherlock Holmes, quien enseña a Watson la diferencia entre ver y observar. El doctor Watson le señala a Holmes:

– «Cuando te escucho dar tus razones, la cosa siempre me parece tan ridículamente simple que podría hacerlo yo mismo fácilmente, aunque en cada instancia sucesiva de tu razonamiento, estoy desconcertado hasta que explicas tu proceso. Sin embargo, creo que mis ojos son tan buenos como los tuyos».

A lo que Holmes responde (y he aquí lo que deseo destacar):

– «Así es. Ves, pero no observas. La distinción es clara».

La conversación, luego, ejemplifica con un caso de la cotidianidad. En el camino a tu casa, seguramente, has subido cientos de veces las escaleras al apartamento, casa, trabajo, escuela, universidad; sin embargo ¿Sabes cuántos escalones tiene? Si la búsqueda de la respuesta es desconcertante, entonces ‘no has observado. Y sin embargo, has visto’.

A menudo, la observación implica un vínculo consciente o inconsciente con algo que ya sabemos, lo que nos lleva a un punto interesante sobre cómo nuestras experiencias impactan en lo que consideramos significativo o no. Nuestras experiencias filtran lo que vemos.

Cuando somos novatos en algo, todas las observaciones son inesperadas y dignas de nuestra atención, pero a medida que aprendemos más sobre un campo, nos volvemos más perspicaces sobre lo que consideramos importante y digno de mención. Lo mismo ocurre en la vida.

El papel del observador es discriminar. A menudo, la diferencia entre el novato y el experto es su capacidad para determinar rápidamente qué es relevante y qué es irrelevante.

Cuando se practica una rama de la ciencia, el observador entrenado busca deliberadamente cosas específicas que su entrenamiento le ha demostrado que son significativas, a menudo tiene que confiar en su propia discriminación, guiado solo por su conocimiento científico general, juicio y quizás una hipótesis que él o ella entretiene.

Para desarrollar los poderes de observación, debemos mirar con una mente activa.

Puedes desarrollar tus poderes de observación cultivando el hábito de observar las cosas con una mente activa e inquisitiva. No es exagerado decir que los hábitos de observación bien desarrollados son más importantes en la investigación que grandes acumulaciones de aprendizaje académico.

Mejor lo resumió el pintor francés Claude Monet «Es a fuerza de observación y reflexión que uno encuentra un camino».

* El autor es Presidente del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación

@betancourt_phd
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/observando-encontramos-el-camino/