Dr. Roberto Betancourt A.

Las evidencias históricas apuntan a que fue desarrollado incipientemente por los sumerios (3.500 a. C.). Los romanos lo popularizaron y lograron que fuera usado por las masas en espacios especialmente creados a estos fines, elevando su calidad de vida con excepcional simpleza.

Con el colapso del Imperio Romano, los hallazgos fueron perdiéndose hasta su desaparición de la escena pública. Un ejemplo, el Palacio de Versalles, residencia del Rey francés, opulenta expresión del poder hegemónico y cuya construcción finalizó en 1671, tenía 2 mil habitaciones, pero solo uno de estos artefactos.

En contexto, las estadísticas señalan que el ser humano produce unos 250 gramos al día, que -estimando una población de 30 millones de personas- representa aproximadamente 7.500 toneladas diarias de un impostergable problema, que fuera abordado con el advenimiento y popularización del sanitario, que resolvió un gravísimo dilema en las ciudades y proveyó portentosas herramientas de salud pública.

Antes de su invención, se acudía a espacios abiertos como campos o establos, provocando la propagación de enfermedades y la contaminación de fuentes de agua.

Inadvertido por el inexperto, la aparición del artilugio también propició la creación de plantas de tratamiento que permitieron gestionar los residuos de forma más eficaz, propiciando el progreso de las ciudades de la mano del número de habitantes en las zonas urbanas, con un positivo impacto en la salud pública y el saneamiento.

Su invención desempeñó un papel crucial en el desarrollo de la medicina, pues el conocimiento de los gérmenes y los problemas de salud aumentó considerablemente, conduciendo a la implementación de nuevos tratamientos médicos y vacunas. Por ejemplo, la teoría microbiana de la enfermedad, que postula que estas afecciones son causadas por microorganismos específicos, avanzó en gran medida como respuesta a la necesidad de explicar la propagación de algunas dolencias en entornos urbanos.

Desde la perspectiva tecnológica, su diseño ha sido el centro de debates pues ha permanecido prácticamente inalterado desde su introducción en 1860. Su estructura básica es la misma, así como su sistema de descarga, lo que le permite ser funcional durante largos periodos de tiempo sin demandar cambios en centros poblados por la introducción de modernos diseños. Es este uno de los mejores ejemplos de que las dificultades se solucionan ordenando lo que siempre hemos conocido, al tiempo que provee de ejemplos de tecnologías perfectas para solventar problemas que nos acompañan a donde quiera que vamos.

* El autor es Presidente del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación

@betancourt_phd
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/tecnologia-a-donde-quiera-que-vamos/