Dr. Roberto Betancourt A.

El quebrantamiento deliberado de la fe o la confianza, a menudo caracterizado por un comportamiento engañoso o una traición, es conocido como perfidia. En el contexto tecnológico, la perfidia es el uso de la tecnología de una forma que traiciona deliberadamente la confianza del usuario o usuaria.

Esta yunta, perfidia y tecnología, ha evolucionado, lamentable y significativamente, a lo largo del tiempo, desde el simple uso de tácticas engañosas en conflictos armados hasta la compleja manipulación de las tecnologías de información y comunicación (TIC) en los tiempos modernos.

En las primeras fases del desarrollo tecnológico, la perfidia estuvo ligada a la manipulación física de objetos o entornos. Durante la Edad Media, los caballeros engañaban con retiradas fingidas o el uso de banderas falsas para atraer a sus enemigos a trampas. En la II Guerra Mundial, en las noches, los barcos de guerra usaban luces de navegación que escondían sus intenciones.

Hoy, el uso de la perfidia se ha vuelto más sutil entrelazándose con las TIC y es capaz de llegar a nuestros puestos de trabajo, al hogar y a la intimidad misma de la cotidianidad.

En contexto, en el 2000 unas 413 millones de personas podían conectarse a Internet, lo que representaba el 6,4 % de la población mundial; a inicios de este año 5 millardos lo hacen (62,5 % del mundo).

El aumento exponencial de acceso a la red de redes ha experimentado el registro de la perfidia a niveles alarmantes, incluyendo estafas de phishing (correos electrónicos o webs engañosos para inducir a revelar información confidencial); campañas de desinformación (a menudo para influir en la opinión pública); ataques de malware; robo de identidad (para cometer fraude en nombre de otra persona); deepfakes (crear grabaciones falsas que parecen reales, para chantajear); vigilancia no autorizada de personas; hackeo de infraestructuras (incluyendo redes eléctricas e industria petrolera); ciberespionaje (robo de información sensible); violación de datos y otras que se desarrollan mientras leemos esta reflexión.

La cantidad de casos de perfidia tecnológica reportados en Europa en 2010 fue de un poco más de 300 mil y, en el 2020, llegó a 792 mil (más de 250 %); se cree que los casos reales deben llegar a 1,5 millones.

A medida que la tecnología avance, la humanidad debiera progresar con ella, al tiempo que es probable que surjan nuevas formas de perfidia, complicando aún más el panorama del derecho y la ética.

Platón recordaba que “la buena fe es el fundamento de toda sociedad, la perfidia es la peste”; la tecnología actúa como catalizador que acelera la aparición de la verdadera altura moral de la persona.

* El autor es Presidente del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación

@betancourt_phd
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/perfidia-que-apesta/