Aunque no creas en ella, es cierta

Dr. Roberto Betancourt A.

Recientemente, fue dado a conocer el resultado de una encuesta que demostraba que buena parte de los científicos e investigadores profesionales fueron incapaces de enumerar las diferencias de las actividades de investigación (tanto básica como aplicada) y las de desarrollo, juntas abreviadas I+D. Sus resultados demostraron el impacto y la importancia de suscribir estas diferencias al momento de enunciar los problemas de estudio de -al menos- el 85 % de las universidades y centros de investigación considerados.

Las actividades de investigación y aquellas de desarrollo poseen procesos esenciales y diferenciados en el sector de la ciencia y la tecnología. Aunque están relacionados, existen algunas diferencias claves entre ellas.

La investigación es un proceso científico de aprendizaje cuyo objetivo es comprender cómo funcionan las cosas y descubrir nuevos conocimientos; implica formular preguntas abiertas y explorar posibilidades sin -a veces- utilidad directa. En cambio, el desarrollo consiste en conseguir una función y aplicar conceptos conocidos para resolver problemas concretos; se centra en doblegar el orden natural del universo para que sirva a un fin específico y tiene un enfoque estrecho en la utilidad.

Por otro lado, la finalidad de la investigación es adquirir conocimientos y comprenderlos, mientras que el propósito del desarrollo es crear soluciones prácticas y -más adelante- sacar al mercado bienes y servicios nuevos o mejorados. La investigación sienta las bases para el desarrollo al proporcionar los conocimientos y perspectivas necesarios.

La investigación suele implicar una indagación cuidadosa, centrada y sostenida. Esta puede ser básica o aplicada. La investigación básica está impulsada por la curiosidad y su objetivo es desentrañar los secretos de la naturaleza, mientras que la investigación aplicada toma los resultados de la investigación básica y los aplica para satisfacer necesidades específicas. El desarrollo implica los pasos necesarios para poner en producción un bien o proceso nuevo o modificado. Incluye el diseño, las pruebas, la creación de prototipos, la fabricación y -en algunos casos- la anticipación de la comercialización del producto o servicio.

En esencia, la investigación se centra en comprender y explorar lo desconocido, mientras que el desarrollo comporta la aplicación práctica y la resolución de problemas. La investigación está impulsada por la curiosidad y el deseo de descubrir nuevos conocimientos, mientras que el desarrollo lo está por la necesidad de encontrar soluciones a través de productos funcionales. La investigación es más abierta y exploratoria, mientras que el desarrollo es más estructurado y orientado a objetivos prácticos.

En Venezuela, el Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación ha dedicado buena parte de sus esfuerzos de investigación en establecer estas diferencias y hacerlas visibles, no solo al público general, sino a los investigadores, científicos y profesionales de las actividades de I+D. Las propias investigaciones del observatorio han demostrado que la comprensión de las diferencias sustantivas ayuda, por ejemplo, a las organizaciones a asignar sus recursos con eficacia. Las actividades de investigación suelen requerir más tiempo, recursos y exploración, ya que se centran en comprender los principios fundamentales y descubrir nuevos conocimientos. Las actividades de desarrollo, en cambio, requieren recursos para aplicar los conocimientos y conceptos existentes a la creación de soluciones prácticas. Comprendiendo las diferencias, las organizaciones pueden asignar recursos adecuadamente para apoyar tanto los esfuerzos de investigación como los de desarrollo.

En este orden de ideas, comprender claramente las diferencias entre las actividades de investigación y las de desarrollo facilita la colaboración y las asociaciones entre las distintas partes interesadas. Los investigadores y los desarrolladores tienen competencias y conocimientos distintos, y el reconocimiento de estas diferencias permite una colaboración eficaz entre ambos grupos. Al aprovechar los puntos fuertes tanto de la investigación como del desarrollo, las organizaciones pueden fomentar colaboraciones y asociaciones interdisciplinares que conduzcan a resultados más impactantes.

Incluso, en la redacción de estos principios que gobiernan las actividades de investigación y las de desarrollo hay ciencia, y “lo bueno de la ciencia es que es cierta independientemente de si crees en ella o no” (Neil Tyson).

* El autor es Presidente del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación

@betancourt_phd
Fuente: https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/aunque-no-creas-en-ella-es-cierta/